Ese que en su jactancia se siente superior, Devora a sus cachorros con despiadada saña, O los convierte a veces en castas de dolor. ¡Sí son ellos, los niños, el milagro supremo! Su dulzura: ambrosía de nuestro acibarado. Y fustigado andar. Si no fuera por ellos, carece de sentido la vida que forjamos. en titánica lucha , contra del vendaval.
LaMujer, Flor de No Violencia. En cada amanecer, en cada atardecer, la mujer brilla con su luz y su poder.Sus ojos reflejan la sabiduría ancestral, su voz es un canto de valentía celestial. No a la violencia, claman losEneso tenemos que empezar, y es un tema más de fondo, a reflexionar dentro de las iglesias, sobre el papel que le corresponde a la mujer. Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cultura - 135 voces Xw1RUg.